viernes, 22 de mayo de 2009

Escraches eran los de antes

Los escraches nacieron en 1995, de la mano de los organismos de DDHH, sobre todo de HIJOS, después de la sanción de las leyes del perdón a los genocidas. “Si no hay Justicia, hay escrache”, era la consigna. En la página de HIJOS dicen: “’Escrachar’ es poner en evidencia, revelar en público, hacer aparecer la cara de una persona que pretende pasar desapercibida. Hoy día hay solamente algunas pocas caras famosas de genocidas y cómplices que son reconocidas por la gente. Pero la mayor parte de estos criminales son desconocidos para la mayoría de la gente, así que gozan de una tranquila impunidad. Con el escrache queremos hacer pública la identidad de estos sujetos. Ya que no hay justicia, por lo menos que no tengan paz, que se los señale por la calle como lo que son: criminales”.
En el día de ayer tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández intentaron ser escrachados en Chacabuco y Coronel Suárez. Uno, es un candidato democrático en campaña y la otra, la Presidenta de todos los argentinos. Al intendente electo de Coronel Suárez, Ricardo Moccero, le pintaron el frente de su casa. En ambos casos, los productores rurales no llegaban a los 100. De hecho el escrache en Chacabuco no llegó a realizarse porque no superaban las 50 personas. También un pequeño grupo que no salió favorecido en la interna del Acuerdo Cívico y Social, escrachó a Margarita Stolbizer, en Tigre.
El escrache nació para sacar a la luz a los represores anónimos que intentaban camuflarse en nuestra sociedad democrática. Los supuestos escraches de hoy quieren impedir la democrática expresión ciudadana.
Pero ya que hablamos de escraches y que hoy tendremos a Pedro Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras vamos a contar algunas curiosidades del término. La propia Academia recoge el mismo en su Diccionario del Habla de los Argentinos como una “denuncia popular en contra de personas acusadas de violaciones a los derechos humanos o de corrupción, que se realiza mediante actos tales como sentadas, cánticos o pintadas, frente a su domicilio particular o en lugares públicos“. En Chile estas acciones son conocidas como funa.
El lunfardismo "escracho" ya era mencionado por Benigno Lugones en 1879 referido a la estafa que se comete presentando a la persona a quien se quiere engañar un billete de lotería y un extracto en el que el mismo aparece premiado y procurando así que la persona acepte recibirlo pagando un importe menor que el que supuestamente va a recibir como premio. También se lo empleó como sinónimo de fotografía. De esta segunda acepción pasó a significar cara y, especialmente, cara fea. De allí derivó el verbo escrachar con el significado de retratar y, más recientemente, el de romper la cara. Se han dado varias hipótesis sobre su origen, entre ellas la que lo hace derivar del inglés to scratch que significa raspar (el billete usado en la estafa se raspaba para modificar su número) o del italiano scaracio escupitajo.
Más allá de estas curiosidades, me parece que lo importante es no banalizar la concepción original del término. El escrache permite sacar a luz a aquellos que quieren esconderse en nuestros barrios con la apariencia de ser “buenos vecinos”. Pero nunca debe utilizarse para intentar desestabilizar la mqanifestación democrática de la ciudadanía.

Fernando Amato


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